Recorriendo el mundo a golpe de maratones

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29 de julio de 2017

XIII. MARATÓN DE SAN PETERSBURGO 09/07/2017 (3h 27' 52")

Llegaba muy ilusionado a San Petersburgo (Rusia). Primero porque, tras no poder completar en Atenas (por lesión) el Maratón número 13, había podido entrenar sin lesiones (con mucho menos volumen, eso sí) esta vez y llegaba "sano". Y después, por el atractivo de esta gran ciudad que iba a recorrer casi al completo.

Rusia no es un país sencillo, pero conseguir entrar (visado, idioma, moneda, etc) tampoco es una aventura imposible. Finalmente conseguimos todo e, incluso, nos movimos por el país (con salto a Moscú) sin ninguna agencia ni guía turístico. Aún así, el viaje empezó con sorpresa porque el mismo día de llegada nos dijeron que no podíamos ir al hotel contratado por problemas técnicos ¿?. Aún así, reaccionamos rápido y, aunque pagando bastante más, conseguimos una ubicación mucho mejor: Prácticamente al lado del Hermitage, salida y llegada de la prueba.

Los aviones llegan de madrugada (al menos desde Barcelona), así que el viernes, con apenas unas horas de sueño, empezamos el día intenso de turismo. Durante la mañana y, aprovechando una de las visitas, nos acercamos a la Feria de la Maratón. En un antiguo pabellón, todo muy soviético y austero, un humilde salón nada llamativo servía de lugar de entrega de camisetas y dorsales. He corrido carreras de 10 kilómetros con mejores montajes. Pero bueno, lo importante es la carrera.

San Petersburgo es una ciudad que merece la pena recorrerla a pie, así que tanto el viernes como el sábado, los dedicamos a caminar sin parar, incluso llegando a Peterhof (aquí sí, en transporte público). El domingo, el Maratón empezaba a las 08.00 am (cambio de hora de último momento) y tener el hotel situado tan cerca de la salida, me vino muy bien. El clima era fresquito y pude guardar fuerzas en el hotel hasta casi media hora antes de la salida. Con un poco de retraso, los 4.000 corredores (se disputa a la vez una carrera de 10 kms) empezamos a correr. Dada la falta de entrenamiento de calidad, me puse en el grupo de 3 horas 30 minutos y me mentalicé para la parte dura de la prueba. El inicio consistía en cruzar a la zona norte de la ciudad. Ni siquiera habíamos ido a verla, ya que es totalmente residencial y sin ningún tipo de animación en las calles ni público. Muy aburrida.




Afortunadamente, se me acercó por detrás un corredor sevillano que vio mi camiseta y, con su videocámara, me estuvo haciendo unas preguntas mientras corríamos. Con eso nos entretuvimos un rato y la próxima atracción era volver a la zona sur de la ciudad y ver a Diana en el kilómetro 22-23. Eso me hizo aumentar el ritmo, pero van pasando los kilómetros y me doy cuenta de que han cambiado el recorrido que habíamos estudiado y estamos corriendo por el otro lado del río… Así que no me encuentro con Diana. El desayuno del hotel no había sido el más apropiado (ya que lo solicité para las 5 am) y posiblemente ese fue el motivo principal de no encontrarme muy a gusto casi en ningún momento de la carrera. Del kilómetro 25 al 30, otra vez cerca del río, pasé momentos duros aunque siempre por delante de la liebre de 3:30h. 




Por fin en el 30, segundo punto previsto, vi a Diana y entre eso y que empezamos a subir por la Avenida Nevski, la mejor parte de la ciudad, me encontré mucho mejor y empecé a correr a buenos ritmos. Afortunadamente y, aunque me encontraba fuerte, mantuve la calma y no me “volví loco”. Faltaba un tramo difícil. Los 8 kilómetros finales, eran junto al río y sin nadie animando ni ningún atractivo salvo poder llegar finalmente al Hermitage y conseguir la medalla. Ni siquiera se atisba la llegada al objetivo, siempre junto al río y sólo el colorido de los edificios y el ruido te hacen suponer que la meta se acerca. La motivación final me dio el empujón definitivo y pude hacer los últimos 500 metros recuperando posiciones, vi a Diana perfectamente colocada en la recta final y conseguí entrar en 3:27:52

Después de todo, mal inicio y recorrido tremendamente aburrido, todo Maratón tiene su recompensa y la llegada al Hermitage fue una gran alegría. La 13ª, a la "butxaca"!

Próxima misión, Groenlandia (Maratón del Círculo Polar)





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