Recorriendo el mundo a golpe de maratones

Recorriendo el mundo a golpe de maratones
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30 de noviembre de 2011

II. FLORENCIA 27/11/2011 (3:27:34 h)

Las personas olvidan pronto el dolor y el sufrimiento. Ello unido a nuestra experiencia en viajes internacionales, nos llevaron a decidirnos por el maratón de Florencia (Italia) como segunda experiencia en la gran distancia. Es un viaje sin muchas complicaciones, pese a que apenas hay vuelos directos desde Barcelona, vuelo corto y a una ciudad maravillosa. El dorsal también tiene un precio asequible y la organización es bastante buena. No había dudas, había que probar.
Después de estudiar varias alternativas, volamos hasta Bolonia y allí alquilamos un coche para cubrir los últimos 100 kms. hasta Florencia. En el vuelo coincidimos con la Selección Andorrana de Maratón y justo me tocó el asiento junto al seleccionador nacional. Mis marcas aún no estaban a la altura y por ello no comentamos la posibilidad de obtener la doble nacionalidad y correr con ellos, je,je,...

El hotel de Florencia, que a través de la organización pagamos a mitad de precio, era espectacular. Seguro que no me equivoco si afirmo que el “Hotel Brunelleschi****” es uno de los más bonitos e impresionantes de la ciudad. En una ubicación inmejorable, junto a Il Duomo, para acceder a este antiguo Palazzo tuvimos que registrar la matrícula del coche para que no nos multaran ya que estaba en zona restringida y usamos el parking del hotel (no había otra forma de aparcar allí). Llegamos el viernes por la noche, ya sin tiempo de ir a por el dorsal, pero sí para dar una vuelta por las cercanías del hotel y cenar en un pequeño y coqueto restaurante italiano.

La mañana siguiente, después de desayunar un estupendo buffet, cogimos un autobús que nos acercó a las instalaciones deportivas, junto al Estadio de la Fiore, donde se recogía el dorsal. Es un maratón pequeño, sin muchos alardes, así que el obsequio era una camiseta conmemorativa de ASICS, de tejido termoregulador y apretadita. Me gusta cumplir con este trámite para evitar problemas de última hora y así estar tranquilo el resto del día. Una vez cumplido el requisito del dorsal, y después de visitar la Feria del Corredor, que no estaba mal, empezaba nuestro día de turismo por la bella ciudad de Florencia. Estaremos de acuerdo en que, igual que la gran ventaja de acudir a maratones fuera de nuestro país es poder conocer otros lugares y aprovechar para ver mundo con la familia, la gran desventaja es que el día anterior a la competición se gastan muchas energías haciendo turismo y no se suelen respetar ni los horarios ni las comidas que deberíamos realizar el día antes de un maratón. Sin embargo y, desde aquí, como portavoz de los afectados por la marquitis empeñados en mejorar nuestra marca en cada nueva carrera que disputamos, quiero decir que merece la pena sin ninguna duda aprovechar estos viajes para disfrutar a tope de las ciudades aunque ello pueda perjudicar ligeramente nuestro rendimiento la mañana siguiente. Con esta filosofía, no ahorramos energías y visitamos gran parte de la ciudad, incluyendo por supuesto la Galería de los Uffizzi, el Ponte Vecchio, el Palazzo de los Pitti, etc. Una verdadera maravilla. Después de un día completo, acabamos cenando unas magnificas pizzas acompañadas de Tiramisú en el postre y muy cerca de la línea de meta, en la Santa Croce, ya que siempre es bueno visualizar el objetivo final. Ya en el hotel, seguimos el 4-1 que le endosó el Real al Atleti en el derbi madrileño por Internet y apagamos las luces horas antes del gran día.

La mañana del día "D" me levanté a las 5.30h y a las 6.00h ya estábamos desayunando todos los corredores en el buffet. Había quedado con las chicas en varios puntos de la carrera, así que me dirigí yo solo, a pie, a la línea de salida junto al río. Creo que nunca he pasado tanto frío antes de una carrera como aquel 27 de Noviembre junto al Arno. La humedad se nos metía en los huesos y, como dejé pronto la ropa en el guardarropía, no dejé de tiritar, pese al calentamiento, hasta que llevábamos al menos 3 kilómetros corriendo. Ese día aprendí lo importante que es llevar prendas viejas y deshacerse de ellas una vez empezada la carrera o justo minutos antes del pistoletazo de salida. Desde entonces, nunca me olvido.

En cuanto al maratón en sí, es muy recomendable. El recorrido es maravilloso, desde la salida en el río hasta el final en Santa Croce, espectacular. El paso por el Ponte Vecchio en los kilómetros finales, es lo más emocionante pese al pequeño repecho, compensado con el descenso que desemboca junto al Duomo, con muchísima gente. Es magnífico. Quizás, lo más flojo, unos 12 kilómetros al principio que se hacen por un parque enorme que hay en las afueras de la ciudad donde, en gran parte del recorrido, apenas hay gente. Esta vez, además, pude ver a las chicas en todos los puntos de encuentro fijados e incluso en uno más que me quisieron regalar en el kilómetro 36, mientras yo cogía avituallamiento, ya que se apañaron muy bien por esta pequeña ciudad. Todo el camino fui con la liebre de 3:30h que no dejaba de animarnos, pero ya en los kilómetros finales me sentía muy bien y con fuerzas, así que en el 35 adelanté al grupo.

Disfruté muchísimo de los lugares con más público, los más bonitos de la ciudad y, ya en el 39, adelanté a un hombre con una camiseta de Soria que estaba pasando un mal momento y le animé a hacer el último esfuerzo porque la meta ya se podía oler. Entré rápido, sobrado de fuerzas, en la recta final donde fue imposible distinguir a las chicas con tanta gente en las gradas así que sólo tuve tiempo para levantar los brazos en la meta quedando una foto espectacular con Santa Croce de fondo. Finalmente paré el crono en 3h 27' 34", mejorando en 10 minutos la marca de Barcelona. La medalla de "Finisher" (podéis ver la foto en el apartado MEDALLERO") era sencillita y representando la bandera de Italia.
Volvimos al hotel, me duché, comimos en un sitio precioso que ya teníamos elegido pero con prisas, ya que teníamos que volver a Bolonia para coger el avión e íbamos justos de tiempo. Después de los 100 Kms. de rigor hasta Bolonia, pudimos embarcar sin problemas nuevamente con la Selección Andorra como compañeros de viaje. En resumen, un maratón muy recomendable.

Próximo objetivo, Madrid 2012

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