VII. LONDRES 13/04/2014 (3:15:36 h)

Londres es una de las integrantes del 'World Marathon Majors', la competición que agrupa a los 6 grandes Maratones del mundo. Y es normal, su organización, recorrido y animación la hacen la más parecida a Nueva York. Increíble.

Esta vez viajamos con Marathinez, la Agencia madrileña que tiene la exclusividad en España para esta prueba. La verdad es que al dejarte elegir los vuelos, no se tiene tanta sensación de grupo como cuando hemos viajado con Sports Travel. Además, la recogida del dorsal se hace en grupo pero en metro ¿? lo que hace que se pierda bastante tiempo ya que el trayecto en metro + tren es de casi una hora para visitar la Feria del corredor (que es impresionante, por cierto)

Quizás al tratarse de un viaje tan caro (casi el doble de lo que pagamos en París o Berlín), esperábamos contar con el servicio de autocar para recoger el dorsal y el viaje de vuelta al Aeropuerto, aunque hay que reconocer que el hotel, muy cercano a la meta y junto a Buckingham Palace, era estupendo. Así que el viernes, después de instalarnos y recoger el dorsal dando una vueltecita por la Feria, acabamos haciendo la primera visita al centro de la ciudad: Leicester Square, Picadilly y cena en un restaurate chino muy original de China Town cuya especialidad era el Crispy Duck. Recomendado para los amantes de lo asiático.

El sábado, tocaba turismo: Después de visitar Trafalgar Square y ver el cambio de guardia de caballos (el de Buckingham Palace fue imposible ante la avalancha de turistas), pasamos por Westminster, el Big Ben, la casa de Cameron y, desde allí, autobús a Oxford Street para comer uno de los mejores Fish & Chips de la ciudad. Bajamos por Regent's Street y, después de visitar la juguetería más famosa de la ciudad, 'Hamleys', nos separamos: Las chicas se fueron al Museo de Historia Natural y yo a descansar un poco al hotel. Por la noche nos reencontramos en Leicester y después de probar las mejores hamburguesas en 'Honest Burguer' fuimos al teatro a ver el Musical "We will rock you" que fue espectacular. Un taxi, y al hotel a dormir.

El domingo, el despertador sonó a las 05.40 am. El desayuno empezaba a las 6.00 y, una hora después, ya estábamos los 120 corredores de Marathinez en los 4 autocares camino de la salida. El viaje nos llevó unos 40 minutos, nos alejamos de la ciudad aunque no tanto como en Nueva York. La organización era muy buena, una gran explanada con carpas y tres zonas por colores para evitar aglomeraciones (sin mucho éxito) en la salida. Sin paranoias en cuanto a los controles de seguridad (esto no es USA) tocaba esperar hasta las 10h, hora de la salida. Media hora antes, yo ya estaba en mi cajón y esperando a mi liebre de 3h 15', al que tenía localizado en todo momento. La salida era inminente.

Tras el disparo de salida, pese a que aparentemente no se apreciaba 'atasco' de gente, la verdad es que costaba mucho correr a tu ritmo hasta, al menos, el kilómetro 5. Seguir a la liebre era muy complicado, había mucha gente y todos íbamos muy juntos. El problema fue que cuando me puse a la altura de la liebre de 3h 15', ya había entrado en calor y no sólo mantuve el ritmo, sino que la dejé atrás. Aumenté el ritmo pensando que podía aguantar y acercarme a 3h 10', iba muy bien, así que pasé la media Maratón, justo después de ver a las chicas en el impresionante Tower Bridge, en 1h 32': 5 minutos por debajo de lo previsto. Demasiado rápido.

Una milla son 1.61 kilómetros, no creo que se me olvide nunca. Y es que este Maratón, pese a su espectacularidad y calidad, se me hizo muy largo debido al fallo en la estrategia que me hizo pasar muy rápido por el Km. 21. En el Km. 28 mi ritmo empezó a decaer y en el 30 tuve una primera crisis. La verdad es que del 30 al 35 fue un verdadero infierno, los kilómetros eternos y, con una media de 5'06", apenas conseguía continuar. Si no me retiré, fue sólo por coraje, amor propio y experiencia.

El público estuvo estupendo, a la altura del de Nueva York. Ya en el Km. 38, muy cansado y sediento, las chicas me animaron por segunda vez. Quedaba un último esfuerzo y, la verdad, es que mi media mejoró y volví a los 4'40" cuando pasaba por el Big Ben. Al final y, después de tanto sufrimiento, pude apretar y entrar en 3h 15' justo después de pasar por un espectacular Buckingham Palace. Había conseguido una nueva medalla tras mucho esfuerzo y con un corno más que aceptable.


La sensación final era agridulce. Por un lado, una ocasión perdida para mejorar mi marca en un recorrido llano y rápido debido a la mala estrategia de carrera y a no respetar los tiempos previstos (después de perder la oportunidad de Berlín por lesión). Pero por otra, la gran alegría de completar mi séptima Maratón, después de mucho sufrimiento y en un tiempo más que decente de 3h 15'. Sólo faltaban 10 días para cumplir 40 años...

Próxima viaje con Maratón: Nueva Zelanda (Auckland, 'North Shore').